Hacer un croquis, recoger firmas, llenar formularios y visitar insistentemente la Gobernación y la Alcaldía de Arismendi, fue un trabajo que María Briceño desarrolló por más de un año. El objetivo: asfaltar la calle La Felicidad.
La meta no se ha cumplido. Luego de entregar carpetas con fotos y peticiones de más de 30 familias que habitan en el sector El Guayabal, las autoridades no dan una respuesta positiva.
Briceño narró que esta comunidad del municipio Arismendi tiene una ventaja sobre otras: posee la conexión a los sistemas de aguas servidas y potable, “lo que falta es el pavimento”.
Fotos Billy Castro
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