lunes, 16 de mayo de 2011

Endeavour despega con éxito a su última misisón

Tras varios aplazamientos el transbordador Endeavour ha despegado con éxito rumbo a su última misión. El lanzamiento se ha producido desde el Centro Espacial Kennedy a las 14:56 hora peninsular.
A bordo del Endeavour, y como carga principal de la misión, viaja el Espectrómetro Magnético Alfa (AMS por sus siglas en inglés).
Es un instrumento diseñado para ser instalado en la ISS y pensado para detectar varias clases de materia exótica mediante la medición de rayos cósmicos, y que podría ayudar a los científicos a estudiar la formación del universo y a detectar materia oscura y antimateria.

 

El AMS casi se queda en tierra

Pero faltó muy poco para que el AMS se quedara en tierra para siempre, ya que tras el desastre del Columbia el gobierno de los Estados Unidos ordenó a la NASA reducir al mínimo el número de misiones de los transbordadores espaciales. En esta tesitura, y aunque ya estaba construido, no había hueco en ninguna misión para llevar el AMS a la ISS.
De todos modos, conforme la NASA y el gobierno de los EE UU fueron recuperando la confianza en si mismos, igual que se recuperó la última misión de mantenimiento al telescopio espacial Hubble, se tomó también la decisión de añadir una misión más de la flota de transbordadores precisamente para llevar el AMS a su destino.
Esta misión, denominada STS-134, quedaba en principio fuera de secuencia, pues iba a ser lanzada antes de la STS-133, aunque una decisión de última hora de modificar el diseño del AMS ha hecho que al final se retrase lo suficiente como para ir en su sitio.


Esta modificación del AMS consistió en cambiar un imán superconductor por otro normal, pues el imán superconductor en cuestión necesita un sistema de refrigeración para funcionar que se estima que en dos o tres años habría agotado sus suministros de consumibles, lo que dejaría el instrumento inoperativo para entonces, mientras que con el imán normal el espectrómetro podría durar hasta 18 años.
Además del AMS, y como viene siendo la norma en las últimas misiones a la Estación Espacial Internacional, el Endeavour y su tripulación llevarán consumibles y suministros para la Estación y sus tripulantes, así como una serie de piezas de repuesto por si hicieran falta en el futuro.
Hacer acopio de este tipo de piezas es especialmente importante, ya que en cuanto la NASA retire los transbordadores no habrá, al menos durante algunos años, ninguna nave capaz de colocar en órbita cargas tan grandes.

La última vez

También será la última vez que un astronauta de la Agencia Espacial Europea viaje a bordo de un transbordador espacial.
Esta misión marcará el fin de la carrera activa del Endeavour, construido para cubrir el hueco dejado por el Challenger tras su pérdida en enero de 1986.
Lleva en activo desde el 7 de mayo de 1992 con la misión STS-49 y será retirado al Centro de Ciencia de California en Los Ángeles tras 25 misiones.
De estas sin duda cabe destacar la STS-61, la primera misión de mantenimiento al telescopio espacial Hubble, una compleja mision con nada menos que cinco paseos espaciales.
El Endeavour y su tripulación instalaron un mecanismo de corrección óptica -una especie de gafas- en el telescopio que compensaba un defecto en el pulido de su espejo principal y que por fin le permitía alcanzar las prestaciones para las que había sido diseñado.
Cabe quizás también destacar por su significado emocional la misión STS-118 de agosto de 2007, en la que voló Barbara Morgan, que se convirtió en la primera profesora en el espacio, cumpliendo por fin la misión que iba a llevar a cabo Christa McAuliffe cuando despegó a bordo del Challenger en aquel fatídico 28 de enero de 1986.

Via RTVE
Para ver el despegue y monitoreo


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